martes, 27 de octubre de 2015

EDUCAR EL PALADAR

¿Da igual carne de ternera fresca que hamburguesas precocinadas congeladas? No, no, claro que no,...
Educar el paladar es siempre una tarea pendiente, pero más cuando compramos casi "cualquier cosa", y sobre todo mirando los precios.
Comer bien y de calidad está a veces reñido con nuestro bolsillo, pero no nos engañemos: no tiene porqué ser necesariamente así. ¿Pero por qué es importante? A esas alturas de la historia, ya tenemos evidencias suficientes de los beneficios de los nutrientes, y sus reclamos son constantes (a veces demasiado). Para lograr una cesta de la compra de calidad, no tenemos que ir a la sección gourmet del supermercado: basta con que prestemos atención a los productos de temporada, a las variaciones de precio de mercado... Y "trabajemos" en casa con suficiente ingenio para presentar los alimentos con técnicas culinarias saludables.

DE NUEVO OTOÑO... ¡TIEMPO DE CASTAÑAS!

Esta entrada tiene ya tres años, pero no ha perdido actualidad. Al contrario; de nuevo llega la temporada en la que la castaña es un fruto protagonista de esas salidas familiares de fin de semana. Así que la re-publicamos de nuevo. Un saludo!
Porque estamos en la época en la que es muy fácil recordar un cucurucho de castañas, o una salida al campo en busca de éstas. La castaña, fruto que la RAE define como "fruto del castaño, muy nutritivo y sabroso, del tamaño de la nuez, y cubierto de una cáscara gruesa y correosa de color pardo oscuro", es bien conocida en España, no así en otras regiones, y menos al otro lado del Atlántico.
El caso es: ¿cómo se cocinan las castañas?

martes, 6 de octubre de 2015

CALOR DE HOGAR

Parece fácil, pero la verdad es que sobre todo, es cuestión de dedicación. No tanto de tiempo (ese agente del que todos estamos tan escasos, sin excepción, me atrevería a decir) como de ideas. Dicen los artistas que la inspiración les llega trabajando. Lo mismo pasa con el hogar. También el "calor", pasa casi siempre por el calor de la cocina, por ejemplo. Y es que para que unos ladrillos se conviertan en hogar, hay que llenarlos de momentos.
Son muchas horas del día las que pasamos fuera de él, y si no estamos dispuestos a "habitarlo", cada vez nos costará más tiempo identificarnos con él... Hacer un lugar donde estar con la gente que queremos. Al final, siempre perdemos nosotros. 
Pero el tiempo dedicado a pensar es grande, muy grande: ¿Cuánto dedicamos a hablar sobre una u otra serie de televisión, a contestar mensajes de W.App, por decir algo? El tiempo es oro, también para la familia. Invertir en "pensar" sobre las cosas que podemos hacer, no tiene momento, y sin embargo, llevar a cabo las acciones, no suelen ser tan "caras": pensar una receta distinta de pasta, o lavar unas cortinas, o comprar unas servilletas de colores alegres.
Feliz semana.