Como "todo es dinero" (en frase de casi todas las madres), y es casi imposible llevar cuenta de la administración doméstica, hay mil y una formas de controlar el gasto. Pero casi ninguna nos convence.
Ciertamente, las tarjetas de crédito son de gran ayuda, porque sabemos cuánto gastamoscon imprimir el extracto bancario.
¿Pero qué es lo que más cuesta?
Lo que más cuesta es lo que se compra "a tontas y a locas", sin haberlo previsto. Por eso, la tradicional lista de la compra es un fenomenal contable. Otro enemigo son las prisas, o la desorganización. Por eso, es mejor emplear unos minutos semanales a planear las comidas e incluso el momento de compra, que perder dinero por terminar comprando "cualquier cosa" y realizando múltiples salidas al supermercado. Además, cuando las cosas se han pensado, se disfruta más de la casa y nos predisponemos más a dedicar tiempo.
La receta en este caso como en tantas otras es esta: primero pensar... y luego hacer. De perogrullo
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