Nutrición y salud

Desde el momento en que el ser humano surge sobre la tierra, alimentarse ha sido una de sus principales preocupaciones. Así, esta “preocupación” por los alimentos: por su calidad, su origen y los posibles efectos que sobre la salud, física y aún espiritual, podrían producir; han sido y son una constante para todas las personas en todas las culturas.
Pero hay que tener en cuenta que alimentarse no es lo mismo que nutrirse, muchos alimentos no contienen ningún nutriente o escasos, nos podemos alimentar a base de pan, pero a pesar de ser un alimento con muchos nutrientes, no los tiene todos. El alimento es el vehículo por donde nos llega los nutrientes; y son éstos los que realmente necesita el organismo. Aunque no podemos despreciar las otras funciones de los alimentos, no solo comemos para nutrirnos, eso sería un error, hay otros factores que envuelven la comida: encuentros, celebraciones, gastronomía...

Dentro de la alimentación hay una variedad amplísima de productos con los que cubrimos nuestras necesidades, ahora; ¿cómo nos alimentamos? ¿cubrimos nuestras necesidades fundamentales? ¿es necesario recurrir a suplementos? ¿qué tipo de dieta he de llevar en mi situación? ¿cómo cubrir las necesidades personales de cada miembro de mi familia?

COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO: la dieta equilibrada

El ser humano ha ido aprendiendo cómo los alimentos y el agua son imprescindibles para la vida, para mantener la actividad normal de los organismos vivos es necesaria su ingestión. Pero, a la vez, los alimentos pueden ser también el vehículo de determinadas enfermedades que afectan al ser humano, alterando su salud y su bienestar.

La dieta debe garantizar el aporte de nutrientes requeridos y de substancias no nutritivas de interés (como la fibra), todo ello mediante una alimentación suficientemente variada y no monótona que, además de nutrir, no olvide los aspectos gastronómicos y lúdicos.
Esta garantía, en nuestro país, se obtiene cuando la energía ingerida tiene el siguiente origen:
el 15% de la energía es aportada por las proteínas
el 50% por los hidratos de carbono
el 35% por los lípidos

En definitiva, cuando hablamos de dieta equilibrada, nos estamos refiriendo a aquella manera de alimentarnos que nos permite obtener de los alimentos los nutrientes necesarios para mantener nuestra salud y que se adapta a nuestras necesidades individuales: edad, sexo, actividad física, estilo de vida, embarazo, … así como cualquier otra condición vital.