Las guarniciones tienen como objetivo complementar la dieta habitual. Además, resalta el alimento principal aportando más color o sabor en el plato. Pero... ¿el filete o el huevo frito han de ir siempre con patatas?... Depende. Hay mil formas de presentar una guarnición, válidas y saludables, pero hay muchos factores nutricionales que ayudan a elegir lo más conveniente.
La guarnición puede variar si se trata según sea: un día festivo, la edad de las personas que se sientan en la mesa, los alimentos que suelan consumirse en la familia y en el lugar, los precios, los gustos,...
Un ejemplo: De primero, arroz. El filete... ¿con patatas? Casi siempre la respuesta suele ser no en este caso. Lo más conveniente será una verdura -cruda o cocida: ensalada, tomate al horno, un poco de berenjena o calabacín,...-, porque ya hemos tomado los hidratos de carbono en el primer plato, y sin embargo no hay nada de verdura. Pero, si de primero hemos tomado por ejemplo judías, lo mejor para el filete probablemente sean unas patatas.
- Los frutos secos también pueden tener su papel, no son sólo para tomar a modo de media-mañana o tentempié.
- Las frutas acompañan muy bien el cerdo y el pollo.
- Las verduras salteadas o en tempura acompañando a todo tipo de carnes y pescados.
- Las patatas no sólo fritas: también se pueden presentar cocidas, en puré, al horno, con distintos cortes,...
Y así casi todos los alimentos. No se trata de hacer a diario una comida ultra-perfecta, sino de alimentar a los tuyos de una manera sana: Un poco de todo y mucho de nada.
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