Tener un posible plan y distribuir tareas en la casa delegando en cada cual una parte, estar disponible para resolver pequeños problemas pero sin desatender los demás. Pensar con tiempo y repartir trabajo antes del evento, no dejarlo para el último momento o procurar no tener que hacer algo de último momento... Por ejemplo, unos aperitivos fríos, y si son calientes, dejar a alguien encargado de ello. A la gente le gusta hablar, pensar en cosas que no atrapen demasiado, es cuestión de notar que se le escucha sin llamar demasiado la atención en lo que me llevo a la boca, o si si quiero sorprender y no tengo muchos temas de los que hablar. Pensar que siempre surgirá algún contratiempo.
No importa, todo tiene solución. Para eso, los días previos habremos hecho una lista y rellenado el almacén de "porsiacasos", nunca se sabe. Así uno es el rey de la fiesta sin pretender demasiado, los demás estarán a gusto y podremos repetir la experiencia. Sencillo, práctico, agradable, sin grandes ostentaciones...
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