Las estadísticas señalan un aumento de gente que come en casa, en parte debido a la crisis. Y eso es un punto a favor (no la crisis, evidentemente). No sólo porque sin duda retribuirá a una alimentación sana, sino por lo que supone de dedicación de tiempo a los que decimos que nos importan.
En cualquier caso, si no tienes más remedio que comer fuera, adjunto unos consejos, por si te sirven.
- Evita los fast-food. Son más baratos, pero sólo a corto plazo. Además, las comidas tan pesadas no son buenas para un buen rendimiento. Déjalas para ocasiones especiales.
- Si puedes llevar la comida preparada de casa, mucho mejor. Inténtalo al menos un par de días por semana.
- Los platos combinados que ofrecen muchos lugares son adecuados: si todavía tienes mucho día por delante, elige alguno que contenga una pequeña cantidad de hidratos de carbono como pasta, arroz o patata.
- Como el proyecto "5 al día" sigue en pie, haz lo posible por incluir en tus comidas frutas y verduras, tanto crudas como cocidas.
- Aunque la proteína no es precisamente el elemento esencial que falte en la dieta europea, consume carnes magras a la plancha. Las excesivamente fritas suelen ser de mala calidad y... ¡a saber con qué aceite están hechas!!!
- Hay platos combinados buenísimos. Un pincho de tortilla con ensalada, una ensalada de pasta, pollo con patatas y tomate...
- Y cuando tengas la oportunidad de comer en casa, seguro que se te ocurren muchos modos de preparar lo mejor para los tuyos.
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