Se me ocurre lo de siempre: no hay mejor compra que la que está pensada, planificada. Para no comprar a lo loco basta con pararse a pensar en casa, antes de zambullirse en las grandes superficies ( o no tan grandes) de espumillón, bolas rojas, y más espumillón.
Claro que hay que celebrar las fiestas, pero con sentido común. Te proponemos:
- Planificar los menús de los días más señalados para tu familia.
- Hacer una lista de las cosas que necesitas, y la cantidad.
- Estos días los buzones están repletos de ofertas: aprovéchalas, y contrasta precios.
- Muchas veces una buena decoración embellece un plato más que un ingrediente expectacular. Recuerda que la dedicación es el ingrediente estrella que no pasa desapercibido a ningún paladar.
- Compra con tiempo, la precipitación lleva a perder el tiempo (un bien muy preciado), casi siempre.
- Aprovecha las decoraciones de otros años dándoles otro aire, cambiándolas de lugar,...
- Y como este blog es de alimentación sana... disfruta con tu familia, sabiendo también conciliarlo con menús saludables.
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